-A modo de pronunciamiento-
Por Redi A.
Esta voz no se encuentra plegada aisladamente a una fecha conocida, a un ocho de marzo de cualquier año en cualquier día; esta voz, de palabras rojinegras, recorre los tonos más agudos y graves del anhelo de emancipación, equidad y verdadera justicia social. No va por delante la negación absola hacia las conquistas alcanzadas por las mujeres de ayer y hoy, pero sí se enarbola la gran necesidad de una lucha efectiva, real y verdaderamente libertaria.
Las mentiras de la democracia, específicamente la consideración de que las mujeres son más libres por participar como candidatas en las elecciones, son la limitación más eficaz para una verdadera politización de la mujer, una que no tenga que ver con seguir la historia en torno al estado y el poder que este detenta, sino con la construcción de un verdadero poder popular.
No nos engañemos, que si bien es cierto el género nos une a todas, también nuestra posición social nos diferencia de otras tantas; una muestra de ello es que las “propuestas electorales” no han tomado en seria consideración la situación de las mujeres en torno al trabajo, la educación y derechos sexuales; de tal modo que la legalización del aborto, ha sido tomado simplemente como un tema de conversación que ha ido perdiendo presencia en forma progresiva; sobre el tema educativo no se ha tomado en cuenta la búsqueda de una verdadera educación en equidad de género, la falta de profundidad en el desarrollo de temas sexuales-culturales, la ruptura de estereotipos al momento de aplicar el proceso enseñanza-aprendizaje y la presencia conminadora de la educación religiosa; por otro lado, no ven y sólo llenan sus discursos de manera superficial, sobre la situación laboral femenina -lo más seguro es que no les convenga-, olvidan -porque esa es su razón de ser y no el bienestar de lxs de abajo- las formas y salarios de campesinas/obreras que siguen ganando menos que los hombres por el mismo trabajo -de todas formas lxs dxs ganan una miseria por más de ocho horas de trabajo- o las posibilidades que se brinda a las mujeres que generan sus propios ingresos y no estamos hablando de las microempresarias, sino de mujeres comerciantes informales.
La política -que no es monstruosa, sino altamente femenina- viene como necesidad apremiante para estos tiempos que tienen mucho de vetustos, la política no está restringida para las supuestas profesionales en este tema (congresistas, ministras, candidatas o presidentas), es para todas: comerciantes, educadoras, madres, trabajadoras sexuales, cantantes, campesinas, obreras, estudiantes y para la rebeldía que viene con rostro femenino.
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